Aquí verás el sentido de la palabra solidaridad.
Cuando unos amigos se juntan con otros amigos y deciden que se puede ayudar, cambia el destino de un barrio
En el barrio La Honda, al nororiente de Medellín, el futuro está por empezar. Y la única manera de hacerlo es trabajando juntos. Este sector, levantado entre rocas y alto riesgo, es hoy casa de más de doscientas familias que han encontrado en este aire limpio un eco del campo del que muchos perdieron huyendo de la violencia. Es difícil el oficio de ser y hacerse parte de una ciudad a la que llegan como las malas noticias: sin avisar.
En La Honda el plato del día lo sirve la incertidumbre. Cada mañana bajan al "recorrido" que es como le llaman a buscar cómo llenar sus bolsas con comida que a otros sobra. El desempleo les lleva a inventarse la vida de maneras informales, de la misma manera en que levantaron los cuatro sectores que componen su comunidad. Poco a poco se "regularizan" los servicios públicos y juntos -después de brigadas voluntarias que vinieron a compañarlos- han conseguido como lavar sus manos y preparar algunos alimentos. Energía eléctrica hay. El teléfono espera.
Por eso mismo, porque lo necesitan, distintas instituciones, fundaciones, corporaciones se han hecho presentes aquí como ayuda necesaria. la Honda no está sola. Queremos que la visites con nosotros. Acompáñanos a conocer las historias de Gregorio Hernández, de la Fundación Imaginación, de Medellín Solidaria, del necesario Mínimo Vital del Agua y del lugar en que se encuentran las normas y la realidad.
En la Honda se están construyendo nuevas calles y caminos, caminalo con Camino Al Barrio.
Cuando unos amigos se juntan con otros amigos y deciden que se puede ayudar, cambia el destino de un barrio
En el barrio La Honda, al nororiente de Medellín, el futuro está por empezar. Y la única manera de hacerlo es trabajando juntos. Este sector, levantado entre rocas y alto riesgo, es hoy casa de más de doscientas familias que han encontrado en este aire limpio un eco del campo del que muchos perdieron huyendo de la violencia. Es difícil el oficio de ser y hacerse parte de una ciudad a la que llegan como las malas noticias: sin avisar.
En La Honda el plato del día lo sirve la incertidumbre. Cada mañana bajan al "recorrido" que es como le llaman a buscar cómo llenar sus bolsas con comida que a otros sobra. El desempleo les lleva a inventarse la vida de maneras informales, de la misma manera en que levantaron los cuatro sectores que componen su comunidad. Poco a poco se "regularizan" los servicios públicos y juntos -después de brigadas voluntarias que vinieron a compañarlos- han conseguido como lavar sus manos y preparar algunos alimentos. Energía eléctrica hay. El teléfono espera.
Por eso mismo, porque lo necesitan, distintas instituciones, fundaciones, corporaciones se han hecho presentes aquí como ayuda necesaria. la Honda no está sola. Queremos que la visites con nosotros. Acompáñanos a conocer las historias de Gregorio Hernández, de la Fundación Imaginación, de Medellín Solidaria, del necesario Mínimo Vital del Agua y del lugar en que se encuentran las normas y la realidad.
En la Honda se están construyendo nuevas calles y caminos, caminalo con Camino Al Barrio.
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